abril 17 2020 0Comment
Bilbao Vacio 12-4-2020

Un precedente más devastador que el Covid-19: La gripe de 1918 y su incidencia en Bilbao

En estos tiempos tan difíciles de confinamiento e incertidumbre como consecuencia de la pandemia mundial provocada por la propagación del Covid-19 es un buen momento para abordar y recordar otro episodio crítico similar en nuestra historia, esta vez provocado por la epidemia de la gripe, que azotó con fuerza en todo el mundo entre los años 1918 y 1920.

Esta gran crisis sanitaria ha sido considerada la más devastadora de la historia reciente ya que pasados unos meses desde los primeros casos registrados, llegó a afectar a la tercera parte de la población mundial provocando la muerte a más de 40 millones de personas. El grupo de población más vulnerable fue la comprendida entre los 15 y 35 años, en contraste con la pandemia actual que no tiene tanto índice de mortandad y que afecta mayormente a la tercera edad, pero que se propaga muy rápidamente. Esta circunstancia ha requerido un confinamiento y unas medidas de distanciamiento de la población sin precedentes.  He querido mostrar en estas imágenes la situación inaudita que estamos viviendo. Nuestra ciudad está experimentando el mayor confinamiento que hemos padecido y las imágenes de nuestras ciudades y pueblos vacíos pasarán a la historia.

Hace 100 años pasamos por un episodio pandémico similar: La “Gripe española” de 1918.

La gripe española y una de sus hipótesis sobre su denominación es que el año de su inicio Europa sufría las graves consecuencias de la primera guerra mundial en la que España no participó, declarándose país neutral. Dada esta situación, España no censuraba los informes sobre el avance de la epidemia y publicaba los primeros casos en Europa.  

En contraste con lo mencionado anteriormente, en el resto de los países europeos la prensa estaba centrada en el conflicto bélico en cuestión. No se sabe con certeza si este fue el motivo, el único hecho cierto es que España fue la más perjudicada en Europa, con más de 8 millones de personas infectadas y 300.00 fallecidos.

Se dice también que el origen real de la infección se detectó por primera vez en el continente americano, concretamente en la base militar de Fort Riley en Kansas, Estados Unidos el 4 de marzo de 1918, aunque algunos investigadores afirman que todo empezó en Francia y otros defienden la idea de que el origen se sitúa en China en 1917.

Desde entonces no ha habido ningún caso tan devastador, aunque ha habido desde la epidemia de la gripe ciertos brotes, como la gripe asiática de 1957 con 2 millones de fallecidos, la de Hong Kong con 1 millón de muertes y la gripe A con más de 18.000 muertes. Tampoco nos podemos olvidar de la gripe aviar de 2005, la gripe porcina o gripe A de 2009 proveniente de México y el brote del Ébola de 2014.

Los últimos virus respiratorios de la familia de los coronavirus que se han detectado son el SARS de 2003, localizado en la ciudad de Guandong en China, el MERS en 2012 de la ciudad de Yeda en Arabia Saudi y por supuesto el Covid-19 de la ciudad china de Wuhan, en la provincia de Huwei que no deja de propagarse y que ha provocado el confinamiento de la mayor parte de países europeos, asiáticos y americanos hasta el momento.       

Bilbao y la epidemia de la Gripe. Posibles brotes anteriores a 1918.

Las gripes pandémicas han existido desde el principio de la humanidad, ya desde la época de Aristóteles se describe un episodio parecido a los brotes más significativos que conocemos, el problema es que no estaban registrados como tal. Desde 1500 se han contabilizado hasta 30 pandemias provocadas por la gripe pero nunca tan devastadoras como la de 1918, los primeros datos en los que se puede intuir un brote gripal parten de los incrementos de mortandad.

En Bilbao, concretamente, los primeros indicios sobre la gripe fueron en 1788 y 1790. Estos dos registros en intervalos separados y muy próximos se deben a que en las epidemias de gripe suele haber dos o tres oleadas, otra constante es que la segunda y la tercera suelen ser más graves que la primera.

Durante el siglo XIX no hay gran constancia de epidemias de gripe porque quedan minimizadas ante las terribles epidemias de cólera que asolaron al mundo y ante los gravísimos problemas de Salud Pública que hubieron de afrontar los países industrializados, por ello podemos deducir que en esos tiempos el cólera era más temido que la gripe, e incluso en ocasiones las autoridades tenían que desmentir y garantizar que no se trataba de cólera cuando en realidad se trataba de brotes de gripe como la del invierno de 1847 y 1848 tras el estallido del cólera de 1834. En esa ocasión concreta llegaron a la Villa bilbaína noticias acerca de la evolución de esta epidemia en Francia, Escocia e Inglaterra, donde Londres fue el mayor afectado, ya que la mortalidad entre noviembre y las dos primeras de diciembre de 1847, había subido un 60% con respecto a los años anteriores. Luego llegaron noticias de Madrid, donde la enfermedad llegó a comienzos de enero, atacando a gran parte de la población. En Bilbao no hubo gran alarma y no se llegaron a tomar medidas extraordinarias, tomando los datos del Hospital de Atxuri.

Hubo también dos episodios más que preceden a la gran epidemia de 1918, fueron las de los años 1899-1890 y 1899-1900 en donde en Bilbao se empezó a denominar gripe a esta enfermedad, en este último brote la afección en Bilbao fue mayor que en las anteriores considerándose un augurio de lo que ocurrió más tarde con la gran gripe de 1918.

Datos sobre la incidencia de la epidemia de la gripe de 1918 en la ciudad de Bilbao.

Nos adentrarnos en el Bilbao de 1918 y para ello tenemos que hablar de un tema relevante y muy beneficioso para el rumbo de la economía vizcaína, el hecho de que España se mantuviera neutral durante la primera guerra mundial, como he comentado antes, benefició económicamente a toda la industria manufactura del hierro. Las grandes industrias europeas de este sector que provenían de Alemania, Inglaterra y Francia entre otros tuvieron que paralizar su producción dando paso a una mayor producción en la industria vizcaína y que progresara con más fuerza en el mercado, duramente golpeado por la contienda bélica, e incluso más allá de Europa.

Este hecho provocó un relevante fenómeno migratorio por la progresiva demanda de mano de obra que surgió a finales del siglo XIX con la irrupción de la revolución industrial y que continuó su tendencia en alza a nivel mundial provocado por las exigencias y necesidades del sector. Este dato es muy importante, ya que parte de la inmigración que trabajaba se vió severamente afectada, la pandemia atacó a las personas jóvenes que supusieron un 54% de los fallecidos y a niños de corta edad que representaron un 15% de todos los fallecidos del segundo brote, sin duda el más grave, pero no solo entre las clases trabajadoras, también en los cuarteles, cárceles, colegios, seminarios, etc.

En el País Vasco se definieron cuatro brotes en intervalos diferentes en el tiempo, el primer brote apareció en mayo de ese año, en esta primera onda pandémica la gripe no afectó demasiado a la población.  La verdadera pandemia fue la del segundo brote, que reapareció en otoño entre los vecinos de la zona fronteriza o muga de Irún-Hendaya y Navarra por donde confluían todos los trenes y la carretera más importante y se concentraban miles de soldados y trabajadores portugueses que se dirigían a Francia a luchar en la Gran Guerra y trabajadores españoles que se dirigían a la vendimia, eso hizo que poco a poco la enfermedad se extendiera con fuerza llegando a Bilbao en el mes de octubre.

Ese último trimestre del año murieron 869 personas, contando con los fallecidos afectados por neumonías y bronconeumonías derivadas de la propia gripe, un dato impactante. Esta onda pandémica de otoño provocó una serie de medidas en otras ciudades a nivel nacional e incluso a nivel mundial. En el caso de Bilbao podemos destacar que el ayuntamiento reforzó su cuerpo sanitario municipal que atendía a toda la población junto con instituciones provinciales y nacionales que también tomaron sus medidas contra la gripe, esta institución también publicó un memorial informando sobre los afectados de la enfermedad, habilitación de centros de acogida, etc. Y como último punto se publicó una serie de medidas preventivas en castellano y en euskera para poder combatir la epidemia. Estas medidas no eran suficientes y la gripe no paraba de propagarse, contrasta considerablemente con las medidas actuales adoptadas por el Gobierno en la que se decreta el estado de emergencia nacional, uso de mascarillas y guantes, medidas de distanciamiento de la población y la incorporación gradual a la vida normal entre otras.

Volviendo a retomar la Gran Gripe, La tercera oleada reapareció en los primeros cinco meses de 1919 no con la misma virulencia, los fallecidos ascendieron a 329 personas, casi la tercera parte del número del segundo brote. Un cuarto y último brote surgió entre enero y marzo de 2020 siendo de menor consideración que las anteriores. Un dato reseñable e importante, para darnos cuenta de que en ciertos pueblos pequeños la gripe fue más severa fue el caso de Lezama donde enfermaron de gripe.

Durante la epidemia de la gripe de 1918 excepcionalmente las autoridades religiosas organizaron una gran rogativa a la Virgen de Begoña bajando su imagen en procesión desde la Basílica la Virgen de Begoña por las principales calles de Bilbao. Existen fotografías en blanco y negro que lo atestiguan y donde se puede ver a la Virgen a los pies de la Diputación foral de Vizcaya y volviendo por el puente del Arenal. Este hecho aconteció el 27 de octubre de 1918 durante el brote más grave. Esta gran procesión se realizó en las inmediaciones de la iglesia de san Antón, llegando a Zabálburu, a la Gran Vía y terminando en el Palacio de la Diputación, al día siguiente una nueva procesión devolvió a la Virgen a la Basílica.

A lo largo del siglo XX ha habido más episodios de gripe pero no de estas dimensiones, entre otras cosas porque la mayor parte de las gripes que han irrumpido han sido gripes estaciones, no pandémicas.

Para terminar con mi exposición quería recalcar el hecho de que en Bilbao ha habido muchas contiendas bélicas e incluso muchas catástrofes provocadas por el agua y también por el fuego, en todas ellas, las desgracias nos han servido para reforzar y mejorar ciertos aspectos que habían resultado poco eficientes. Espero que esta pandemia global que padecemos nos sirva para lo mismo y que podamos tomar las medidas oportunas para que no vuelva a sorprender tanto, para que tomemos las decisiones más adecuadas y estemos debidamente preparados.

admin